Dr. Dennis Charles Nelson Rubio
6 years ago
Radiaciones ionizantes… suena científico y peligroso. Ha sido fuente de inspiración para películas de terror (zombies incluidos) y pretexto para conflictos internacionales como la Guerra Fría. Pero aterricemos el tema y hablemos de las radiaciones ionizantes a las que usted y yo estamos expuestos en los estudios de diagnóstico médico por imagen.
Antes de empezar a hablar de los rayos X, creo que es importante aclarar: en los estudios radiográficos, en la mamografía, en la fluoroscopia y en la tomografía no se utilizan materiales radioactivos.
“Ahora se preguntará usted cómo es esto posible si veo en la puerta de la sala de Rayos X un letrero que dice: Peligro, Radiación ¡¡¡Que alguien me explique!!!”
La radioactividad es la característica inherente de una substancia de emitir radiaciones ionizantes en forma natural, como sucede con el Plutonio y el Uranio. Estos elementos no se utilizan en los tubos de rayos X. Es más, los tubos de rayos X no emiten radiación por sí solos. Tienen que ser activados con un botón y, dado que podemos regular la fuerza e intensidad de la carga eléctrica que se aplica al tubo y el tiempo en que se aplica esta carga, controlamos la cantidad de radiación emitida y, por lo tanto, la dosis de exposición.
Ahora bien, no crea usted que si no se realiza un estudio de imagen diagnóstica, no estará expuesto a la radiación: existe una radiación natural de fondo que varía en cada región y país y que en promedio equivale aproximadamente a 3 mili Sieverts (mSv) al año. (Permítame aclararle que el mSv es la unidad en la que se expresa la dosis efectiva de radiación recibida.) Una radiografía de tórax significa una dosis aproximada de 0.05 mSv y una tomografía de tórax una dosis aproximada de 5 mSv.
Veo que no le fallaron a usted las matemáticas y se ha percatado de que se requieren 60 radiografías de tórax aproximadamente para alcanzar la dosis de radiación de fondo que recibirá en un año en forma natural, pero que con una sola tomografía de tórax obtuvo una dosis equivalente a 1.5 años de radiación de fondo aproximadamente. Es por este motivo que se debe evaluar el riesgo-beneficio cada vez que se pretende realizar un estudio de imagen que utilice radiación ionizante, en la que la dosis es acumulativa.
Hay un esfuerzo colectivo mundial para disminuir las dosis de radiación otorgadas que involucra a los fabricantes de los equipos, a los médicos radiólogos, a los técnicos radiólogos e inclusive a los médicos tratantes, quienes son los que solicitan dichos estudios.
En México nos regimos por la NOM-229-SSA-2002 para el manejo de la dosis de radiación y para el cuidado tanto del paciente como del personal ocupacionalmente expuesto.
Estimado lector: lo escrito en estas líneas no tiene el propósito de inculcarle el miedo a los estudios de imagen que utilizan radiaciones ionizantes, sino el de proveerle información veraz para ayudarle a tomar una mejor decisión al momento de realizarse o no un estudio de imagen diagnóstico.